lunes, 21 de mayo de 2012

Mi crisis (y 2)

Os adjunto la segunda parte del relato de mi pequeña historia:


"Decíamos ayer que en febrero 2009 recibo las notificaciones de embargo de mis partes indivisas de la finca que constituye nuestra vivienda habitual y de la vivienda habitual de mi señora madre.

Bien, como mi intención es vender mi casa para poder hacer frente a las deudas me veo en la necesidad de levantar los embargos. Después de utilizar contactos a alto nivel provenientes de la red social de mi señora, el Jefe de Zona de la Caja se digna en recibirnos. Mantenemos una reunión bastante curiosa el mencionado Jefe de Zona, el flamante Director de la Oficina (actualmente promocionado a director de la oficina principal de la entidad), mi señora y yo.

La cosa no puede ser más desagradable. Empieza el jefe de Zona haciéndonos notar que ÉL no suele recibir a clientes morosos; yo que tengo un pronto muy malo me levanto para abandonar la reunión antes de empezar, pero mi señora, mucho más contemporizadora, reconduce la situación. El caso es que durante la misma nos dedicamos a lanzarnos reproches cruzados entre el flamante Director de la Oficina y yo, para finalmente concluir que podemos utilizar los 32.000 € del fondo de inversiones que teníamos pignorado para levantar los embargos. BIEN!!!.

Claro que eso lo había propuesto yo meses atrás antes de que los embargos fueran embargos, cuando sólo eran unos créditos ICO con unos recibos impagados. El caso es que ahora que son embargos acabo pagando 7.000 € de costas judiciales y registrales para levantarlos. ¿Por qué no pude cancelarlo en su momento (finales del 2008), y si puedo cancelarlo en Mayo del 2009?. ¿Para darle vidilla a los abogados de la Caja?. 7.000 € a tomar viento!!!.

Mientras tanto, los agentes de la Caja cabalgan de nuevo, esta vez me afecta en mi faceta de ocio personal. Resulta que formo parte de una entidad coral centenaria, que es una referencia cultural en mi ciudad. La entidad tiene un modesto presupuesto que en los últimos años ha cerrado equilibradamente.

Debido a los gastos extraordinarios de una gran producción efectuada tiempo atrás y para poder mantener la completa operatividad de la entidad, la Junta Directiva de la misma se vio en la necesidad de solicitar una póliza de crédito (no creáis, ninguna barbaridad: 40.000 €), con la mala fortuna de caer en las fauces de nuestra Caja amiga, cosa por otra parte muy  normal ya que es la Caja representativa del territorio.

Todo normal hasta el presente ejercicio, en el que los agentes de la Caja se reúnen con la Junta Directiva de la entidad y les exponen que como la póliza está utilizada permanentemente al máximo de sus posibilidades, se ven en la obligación de cancelarla. Para no perjudicar gravemente a la entidad coral no obligan a devolver los 40.000 € de golpe, sino que ofrecen transformar la póliza en un crédito a devolver en 8 años. Tanta generosidad me abruma.

Yo, evidentemente, no soy un experto en finanzas, pero me da la impresión que si una entidad representativa del territorio presenta unos presupuestos equilibrados en los últimos años y, para mantener la operatividad y, por tanto, su propuesta cultural, necesita utilizar al máximo la póliza contratada, lo que debería hacer la Caja es ampliar el límite máximo de la póliza, no ahogar a la entidad transformándola en un crédito a 8 años. ¿Qué debe hacer la entidad coral ahora?. ¿Reducir el sueldo del director, pieza fundamental para mantener el nivel alcanzado en los últimos años?. ¿Reducir el tiempo de trabajo del mismo?.¿No hacer nuevas producciones?. VIVA la obra social de la Caja!!!.

Hay mucha buena gente del territorio que está realmente preocupada por la pérdida de identidad de su Caja ante el proceso de integración en el grupo CatalunyaCaixa. ¿Qué será de nosotros?. ¿Quién se preocupará de la zona?. Me gustaría tranquilizarles porque entiendo que las actuaciones de los últimos tiempos de su Caja poco tienen que ver con la defensa del territorio. Las empresas, las entidades, corales y de todo tipo, finalmente también las Cajas las hacen las personas, no su nombre o su radicación social. Para mí, las personas que en este momento forman la Caja (siempre hay honrosas excepciones, lástima que éstas no hayan llegado al top directivo) no tienen las cualidades que deben tener unos gestores representativos de un territorio, así pues, bienvenidos los cambios que están por llegar. Peor no será.

Acabo ya con mi pequeña historia. Vuelvo a tener la casa libre de cargas, lista para la venta. Finalmente, y después de reducir sensiblemente el precio, en Julio 2009 firmamos un contrato de compra-venta con una pareja joven.

La Caja extiende los certificados para cancelación de la deuda por parte del Banco que gestiona la hipoteca de los compradores. En los mismos aparece una comisión por cancelación anticipada del 1% del remanente. Recuerdo que en la hipoteca original ésta estaba negociada en el 0,5% y en el crédito con garantía hipotecaria posterior (utilizado para crear la empresa) la comisión negociada era el 0%. Emito la pertinente queja, …se lo mirarán pero el certificado ya está emitido, en todo caso me abonarán posteriormente las cantidades retenidas de más. Bufff, estoy muy cansado...

Ah, por cierto, el Banco que gestiona la hipoteca de los compradores también tiene su miga. Trabaja con una gestoría a nivel nacional que en el momento de la compra-venta y cuando el Sr. Notario nos está llamando para la firma me presenta una provisión de fondos para levantar las cargas de la finca (las dos hipotecas) de 4.400 €. Protesto enérgicamente, ... el Notario me sigue llamando para firmar, el Director de la Oficina del Banco ya tiene los cheques confeccionados descontando esta provisión de fondos, sigo quejándome, el Notario me sigue llamando...         firmamos.

Vivimos en un pisito de alquiler muy acogedor. A veces nos cuesta dormir por la noche, pero de momento lo solucionamos a base de fármacos. Pero nos recuperaremos, y no volveremos a tener tratos con la Caja, ni tan siquiera con la resultante de su fusión.

PD.- A principios del 2010, un mes después de la compra-venta, buscando otros documentos, encuentro la carta de la Caja en la que se reconocía una comisión de cancelación del 0% para el crédito con garantía hipotecaria (el mismo por el que la Caja ya me ha cobrado 1.400 €). Con mi flamante documento me he plantado en la Oficina de la Caja y hoy en día estoy esperando el abono de ese dinero en mi cuenta. Tengo que conformarme con pequeños placeres, ...de momento."

Estamos a principios del 2010. en la próxima entrega concluiremos este pequeño viaje hasta situarnos en la actualidad. Un saludo.









No hay comentarios:

Publicar un comentario